Rejuvenecimiento de la cara y el cuello (lifting cervicofacial)

DEFINICIÓN

La cara o el rostro, tienen un gran impacto en el aspecto físico y estético de las personas, es indudablemente la que dictamina si una persona es joven o no, si está envejeciendo y es la que nos permite a groso modo calcular la edad de una persona a simple vista.  Por tanto el envejecimiento de la cara y por extensión del cuello, tienen un gran impacto en el aspecto de la persona, tanto a nivel estético como psicológico, pues con el paso del tiempo y debido a los cambios que se producen por el deterioro de los tejidos, la persona empieza a verse mayor en el espejo y a no reconocerse a si misma en algunos casos, lo que puede tener cierto impacto en su autoestima.

La cirugía del rejuvenecimiento de la cara y el cuello, también conocida por el anglicismo “lifting”, permite “recolocar” todos los tejidos del rostro y el cuello del paciente, quitándole años y devolviéndole un aspecto mas joven, lo que se traduce en recuperar su autoestima. Es fundamental recalcar, que la base de esta cirugía es el rejuvenecimiento del rostro manteniendo la esencia de la persona, no se trata de una cirugía en la que se busque cambiar las facciones del paciente, pues de ser así estaríamos transformando y no rejuveneciendo que es lo que deseamos para nuestros pacientes.

INDICACIONES

No existe una edad mínima ni una edad máxima para realizar esta cirugía, mientras el paciente se encuentre sano desde el punto de vista médico y tenga unas expectativas realistas de lo que va a conseguir con la cirugía, es candidato a la misma.

PROCEDIMIENTO

La cirugía se suele realizar bajo anestesia general, para maximizar el confort de nuestros pacientes. A pesar de que el paciente está dormido, primero se procede a la infiltración de todas las zonas a intervenir con anestesia local, para así evitar cualquier tipo de molestia postoperatoria. Para realizar el procedimiento es necesario realizar un abordaje o cicatriz que va desde la zona de la sien (dentro de la zona del pelo), baja justo por delante de la oreja en los pliegues naturales de la misma hasta el lóbulo,  desde ahí va por detrás de la oreja hasta el pelo nuevamente, por lo que la cicatriz resultante queda perfectamente camuflada en pliegues y zonas de pelo. A estos dos abordajes que se hacen en cada lado de la cara, se le complemente con uno de unos 4-5 cm debajo del mentón para poder abordar con precisión la zona del cuello. Tras esto, se despegan los tejidos en un plano de seguridad, evitando dañar cualquier estructura interna (vasos sanguíneos, nervios, conductos de las glándulas y músculos) y se procede a reposicionar los mismos. Lo más importante es reposicionar de forma correcta el SMAS (sistema musculo-aponeurótico superficial), pues es esta capa la que da soporte al rostro en si, por lo qué si sólo se recoloca la piel, los tejidos se volverían a descolgar muy pronto. Los vectores en los que se recoloca el SMAS marcan la diferencia de los resultados, de que tengan un maravilloso efecto rejuvenecedor o un abominable efecto transformador. Tras esto, se procede a extirpar el exceso de piel sobrante y a recolocarla nuevamente. Las heridas se cierran con mimo para que la cicatriz resultante sea inapreciable. En ocasiones y cuando el paciente presenta una perdida importante de volumen en el rostro, una vez reposicionados los tejidos, se suelen añadir injertos de tejido graso en zonas como los pómulos, las ojeras, el mentón o el ángulo mandibular, para generar un aspecto más juvenil.

PROFESIONALES

La realización de este tipo de intervención debe realizarla un cirujano plástico con experiencia en cirugía facial. El Dr. Ospina se ha formado en esta cirugía con varios profesores de renombre internacional como son Dr. Artur Carbonell, Dr. Juan Carlos León y Dr. Gabriel Alvarado, todos ellos expertos en la cirugía facial.

No solo es importante la pericia del cirujano, sino que sepa dar al rostro del paciente un aspecto joven, sin cambiar en absoluto sus facciones. Se trata de retroceder el reloj, no de transformar el rostro del paciente en el de otra persona que no reconozca.

INSTALACIONES

Este tipo de intervención debe realizarse en un hospital que cumpla con todos los requisitos sanitarios. Además de contar con una unidad de cuidados intensivos. La cirugía estética es una cirugía muy reglada y con pocas complicaciones, pero en caso de que éstas pudieran aparecer, es imprescindible contar con el soporte de un buen hospital. De ahí que las cirugías low-cost ahorren en esto y se realicen en clínicas pequeñas en las que estas condiciones de seguridad no están cubiertas.

El Dr. Ospina es plenamente consciente de ello y por eso realiza todas sus cirugías en centros hospitalarios con quirófanos debidamente certificados y con UCI, pues le aporta ese plus de seguridad que quiere para sus pacientes.

CUIDADOS

Tras la cirugía, el paciente deberá realizar en su domicilio unos cuidados básicos, como son la limpieza de las heridas y la utilización de diversas pomadas. Deberá dormir boca arriba y con la cabecera de su cama levantada la primera semana. La aplicación de hielo en la zona, ayuda a disminuir rápidamente la inflamación. Por otro lado, es importante la utilización de prendas de compresión para minimizar la inflamación durante las primeras dos semanas.

RECUPERACIÓN

Para la reincorporación a la vida habitual, solo son necesarios unos 10 días, tiempo en el que la inflamación y los hematomas han desaparecido. Para la realización de deportes se deberán reintroducir de forma progresiva  a partir de la tercera semana.

RESULTADOS

Se aprecian cuando cede la inflamación y desaparecen los pequeños hematomas de la piel. Algunos son evidentes a la semana y otros tardan más tiempo, como son los injertos de grasa que requieren esperar al menos 3 semanas a que se estabilicen.

COMPLICACIONES

Aunque raras, suelen estar en relación con procesos inflamatorios prolongados o alteraciones de la sensibilidad en pequeñas zonas del rostro, que suelen recuperarse pasadas las semanas.

Mi filosofía en el rejuvenecimiento facial es simple, se trata de rejuvener el rostro de nuestro paciente, quitar años manteniendo su esencia, no transformándole en una persona diferente.