DEFINICIÓN
Parte del proceso de envejecimiento del rostro, consiste en la pérdida de volumen de los compartimentos grasos de la cara, así como la pérdida de densidad ósea, lo que se traduce en el adelgazamiento y hundimiento de algunas zonas del rostro, siendo las más comunes los pómulos, las mejillas, la zona del surco de la lágrima, la fosa temporal o sien, el surco mentoniano y la zona periocular.
Aunque no se puede mejorar la densidad ósea, si se puede aportar volumen al rostro con tejido graso. Es lo que se conoce como injertos grasos y consiste en extraer grasa de una zona del cuerpo del paciente e injertarla en otra, en este caso en concreto en el rostro.
Este tratamiento, no solo mejora el volumen y las facciones del paciente, sino que al tratarse de tejidos sanos con células madre, también mejoran la calidad de los tejidos faciales.
INDICACIONES
Cualquier paciente que presente signos de envejecimiento por pérdida de volumen facial, que tenga tejido graso suficiente en alguna parte del cuerpo para extraer y que esté sano desde el punto de vista médico. Además, debe tener unas expectativas claras de los posibles resultados que se conseguirán con el procedimiento en cada caso.
PROCEDIMIENTO
La cirugía se puede realizar bajo anestesia local, local y sedación o con anestesia general, dependiendo de las zonas a intervenir o si se combina con otras cirugías, como podría ser el lifting cervicofacial. Se comienza con la extracción del tejido graso mediante una pequeña liposucción. Una vez extraído el tejido, se procesa y prepara para su infiltración. Las zonas del rostro a tratar se miden cuidadosamente para obtener resultados simétricos y armónicos y la inyección de la grasa se realiza a través de pequeñas cánulas que no generan traumatismos en los tejidos.
PROFESIONALES
La realización de este tipo de intervención debe realizarla un cirujano plástico con experiencia en liposucción, en manejo del tejido graso para garantizar unas buenas tasas de prendimiento de la grasa y evitar su reabsorción y en cirugía facial. El Dr. Ospina tiene amplia experiencia en los tres campos, lo que le convierten en el profesional indicado para realizar este tipo de procedimientos.
INSTALACIONES
Este tipo de intervención debe realizarse en un hospital que cumpla con todos los requisitos sanitarios. Además de contar con una unidad de cuidados intensivos. La cirugía estética es una cirugía muy reglada y con pocas complicaciones, pero en caso de que éstas pudieran aparecer, es imprescindible contar con el soporte de un buen hospital. De ahí que las cirugías low-cost ahorren en esto y se realicen en clínicas pequeñas en las que estas condiciones de seguridad no están cubiertas.
El Dr. Ospina es plenamente consciente de ello y por eso realiza todas sus cirugías en centros hospitalarios con quirófanos debidamente certificados y con UCI, pues le aporta ese plus de seguridad que quiere para sus pacientes.
CUIDADOS
Tras la cirugía, el paciente tendrá la zona de los injertos cubierta y deberá evitar su manipulación para no moverlos o comprometer el resultado. En su domicilio, deberá realizar unos cuidados básicos, como son la limpieza de las heridas y la utilización de diversas pomadas. Deberá dormir boca arriba y con la cabecera de su cama levantada la primera semana. La aplicación de hielo en la zona sin presionar, ayuda a disminuir rápidamente la inflamación.
RECUPERACIÓN
Para la reincorporación a la vida habitual, solo son necesarios unos 7 días, tiempo en el que la inflamación y los hematomas han desaparecido. Para la realización de deportes se deberán reintroducir de forma progresiva a partir de la tercera semana.
RESULTADOS
Se aprecian cuando cede la inflamación y desaparecen los pequeños hematomas de la piel. Algunos son evidentes a la semana y otros tardan más tiempo hasta que los injertos de grasa se estabilicen.
COMPLICACIONES
Aunque raras, suelen estar en relación con procesos inflamatorios prolongados o reabsorción mayor del tejido injertado, lo que haría necesario una segunda sesión de injertos.